En la actualidad hay varios jóvenes que salen del colegio y no saben que decisiones tomar acerca de sus estudios, si continuar y concluir con su carrera de tercer nivel o solo dedicarse a trabajar. De hecho, muchos de ellos ni siquiera saben con claridad que es lo que quieren hacer con su vida. Vivimos en una época donde la competitividad cada día es más común y, donde salir de la universidad con título y sin experiencia laboral, ya no es una opción. La mayoría de jóvenes tiene excelentes perspectivas de superación y lo que buscan es alcanzar el éxito, pero también hay varios de ellos que piensan distinto y solo ven pasar cómodamente las oportunidades que se les presentan.

Las Universidades ofrecen a los jóvenes varias modalidades que permiten realizar estas dos actividades a la vez, con la finalidad de que concluyan sus estudios universitarios y, a la vez, puedan obtener conocimientos y los apliquen en las diferentes organizaciones contratantes.

Pero, ¿qué tan fácil es adaptarse a esta modalidad?

Es una pregunta bastante grande que encaja mil y una respuestas. Para ser más conclusa, voy a decir que adaptarse a este ritmo de vida es asumir un reto complicado y grande, ya que son actividades que no podemos descuidar una de la otra; cada día que inicia hay que levantarse con MENTE POSITIVA para lograr y mejorar constantemente el equilibrio casi perfecto. Nadie nos asegura que sea algo fácil, pero con esfuerzo y sacrificio las cosas se irán dando de a poco.

Aprovecho esta oportunidad para contarles una de mis experiencias siendo madre, estudiante y trabajadora a la vez. A los 18 años me convertí en madre soltera de una hermosa niña, cuando me enteré de que un pequeño ser venía en camino sentí miedo, desesperación, incertidumbre y pensé que mi carrera profesional había terminado, mis compañeros de colegio, mis salidas de fin de semana y mis ganas de crecer habían desaparecido.

Fui madre a tiempo completo por dos años y no había nada más lindo y que me hiciera feliz que ver crecer a mi hija. Dedicarle ese tiempo fue lo mejor que pude hacer, llenarla de cariño y cuidados hacían que yo sienta amor único por ella, amor que jamás había sentido por ningún otro ser, mi hija se había convertido en MI TODO.

Pero a pesar de ese amor incondicional hacia mi hija aún sentía un vacío dentro de mí, tenía unas ganas locas por estudiar y continuar con mi carrera profesional, ver que mis compañeros de colegio avanzaban con sus estudios me impulsaba cada vez más a tomar decisiones acerca de mis estudios, hasta que el día en que ME DECIDÍ llegó.

Continué mi carrera en Administración de Empresas en un instituto los fines de semana y conseguí un trabajo de lunes a viernes, al inicio fue bastante duro desempeñar estas tres actividades a la vez, mi pequeña hija cada día sentía el vacío que su madre dejaba y a su corta edad aún no entendía el por qué. Mi madre, al igual que mi familia, desempeñaron un papel fundamental en su educación y, me permito decir, que no solo en su educación si no en su vida diaria. Sin su apoyo, jamás hubiese podido continuar con mis estudios, es ahí cuando la vida te enseña a valorar cada cosa, cada persona, cada día que tú tienes que vivir.

Cuando despertaba todas las mañanas lo primero que hacía era agradecer a Dios por todas las bendiciones que me daba y después observaba el pequeño rostro de mi hija, al verlo mis ganas de superación aumentaban. Puedo decir con certeza y seguridad que todos fueron por ella.

Es importante resaltar algunos consejos que nos ayudarán a distribuir el tiempo de mejor manera para que las cosas fluyan por sí solas.

ORGANÍZATE:

Si quieres mantener tu vida en equilibrio, tienes que asignar el tiempo justo para cada actividad.

Utiliza un instrumento que sea de tu agrado, puede ser un cuaderno, una agenta o tu smartphone, y crea un calendario o descárgate una app donde puedas gestionar tu tiempo y recordar las tareas que debes realizar. Con este instrumento, podrás organizarte de mejor manera y sabrás que es lo que tienes que hacer.

MEJORA TUS MÉTODOS DE ESTUDIO:

Para poder continuar con tus estudios primero hay que elegir la modalidad que más creas conveniente. Deberá ser una que no interrumpa el tiempo laboral, pero si tu tiempo que muchas veces no lo ocupabas.

Después de organizar tu tiempo hay que tomar en cuenta las medidas de estudio, hacer las tareas es muy importante porque hay que realizarlas en un lugar donde haya comodidad y te sientas a gusto.

SÉ MÁS EFICIENTE EN EL TRABAJO:

Inicia cada día con mucho entusiasmo y agradecimiento por tu bendecido trabajo. Piensa que estás ahí para aprender y que cada esfuerzo te impulsa a continuar con más ganas. Es importante que, en la oficina, realices ejercicios pequeños para que tu mente pueda descasar, ya que el ajetreo de la universidad sumado al de la oficina es una presión bastante grande, así que para relajarnos vamos a poner en práctica las más conocidas “PAUSAS ACTIVAS”.

Lleva una vida sana y practica deporte los fines de semana, de esta manera también eliminaras las tensiones que se producen en el trabajo por diversos problemas que son comunes en el área laboral. Deja de lado la diversión y el alcohol, ya que son actividades que no te llevarán a ningún lugar bueno y menos a conseguir los objetivos de superación que tienes en mente. Aléjate de las personas que no suman en tu vida, pero únete a los grupos que hacen grandes los sueños. Aliméntate de manera disciplinada, los nutricionistas recomiendan hacerlo 5 veces al día y beber dos litros de agua diarios, así ayudarás a tu cuerpo a mantenerlo más sano y fuerte para que tu mente pueda producir y trabajar el doble de responsabilidad.

DUERME BIEN.

Este paso es fundamental al momento de estudiar y trabajar, tu cuerpo va a sentirse tan cansado que lo único que querrá es descansar. Evita trasnocharte y duerme las 8 horas recomendadas por los médicos, esto evitará que te quedes dormido en tu trabajo o no asistas a tu horario de clases. A la larga estas cosas afectarán tu desempeño y terminarás obteniendo como resultado el fracaso.

De esta manera lograrás conseguir una de tus metas, estableciendo reglas y prioridades en tu vida; nada es fácil, pero cada esfuerzo cuenta. Cada día te impulsará con mayor energía y vitalidad a ser el mejor. Además, prepararte y ser un profesional es algo que en este tiempo no podemos dejar de lado, tus ganas de crecer te motivarán día a día y alcanzar el éxito ya no será solo un sueño, cada vez se acercará más.

Sin pensarlo llegó el día, al fin vez tu sueño realizado, es un momento que te hace incomparablemente feliz. El día de tu graduación ha llegado. Ese pequeño momento de felicidad te invade, te llenas de orgullo al saber que lo lograste, a la vez analizas tu pasado y recuerdas todos los momentos difíciles y nostálgicos por los que tuviste que pasar. Muchas veces, pagar las cuotas de tus semestres no era fácil, tus horarios de oficina chocaban con los de tus estudios, las tareas se complicaban día tras día, las ilusiones de conseguir una de tus metas cada vez más se hacía pequeña, te invadía la desesperación, tus padres, por más que luchaban, no lograban obtener los medios para apoyarte, varias veces te sentiste derrotado ante las adversidades de la vida y pensabas que tu esfuerzo se haría cenizas, pero vuelves a tu momento de felicidad y te sientes fuerte, realizado, grande, porque a pesar de que hubieron tantas trabas en tu camino, continuaste y avanzaste con muchas ganas. Ahora te sientes muy agradecida con Dios, con tus padres, con tu familia y con los verdaderos amigos que te impulsaban a seguir adelante, a crecer, a superarte, a ser alguien en la vida, es así como tu pequeño sueño al fin se hizo realidad. ¡VAMOS POR MUCHO MÁS!