Cuando vivía en casa con mis padres, nunca se me pasó por mi mente que mi forma de actuar podría influir de manera negativa o positiva en otras personas. Sin embargo, ahora que ya tengo mi propia familia, mi esposo y mis hijas, me doy cuenta que soy parte de ese proceso de formación como si todos en algún momento nos tocara atravesar por una puerta llamada decisión. ¿Qué papel quiero desempeñar mientras viva? y ¿qué legado quiero dejarle a mi siguiente generación? Son preguntas que me planteo todos los días, porque tengo dos hermosas princesas, que día a día, mientras me desarrollo como profesional, crecen paulatinamente y el tiempo se vuelve muchas veces un corredor que no me espera y tampoco me da señales de cuando se va a detener. Ellas siguen creciendo y me ven como la mujer maravilla; soy su modelo a seguir, por esa razón decido todos días sacar lo mejor de mí para que mis hijas tengan un hermoso legado en la siguiente generación.

¿En qué momento podemos darnos cuenta que nuestra vida está influenciando de manera positiva en otras personas?

Rara vez estaremos interesados en imitar a una persona que ha perdido su horizonte, pero si podemos lograr que muchas personas sean cautivadas a seguir nuestro ejemplo, simplemente mostrándonos tal como somos en nuestro conducir diario. Ser autentico ya no es una opción, más bien es un estilo de vida; debemos ser firmes en nuestros valores sin perder nuestra esencia.

Cuando dejamos ver desde nuestro interior quienes somos sin adornar nuestro exterior los beneficios pueden traer un efecto dómino en quienes mantienen relaciones interpersonales con nosotros.

Por experiencia propia puedo confirmar que, para poder obtener lo mejor en otras personas, es necesario primero aprender a conocernos a nosotros mismos. Encontré en el” escritor Timlahaye” (Cristiano, 2016, págs. 9-12) ciertas características innatas en nosotros llamadas temperamentos. Cada persona tiene diferentes tipos de estado de ánimo, los cuales son propios de uno mismo y traen una influencia en cosas tan sencillas como nuestra manera de dormir, de comer y en la forma natural como nos relacionamos con los demás.

Veamos cuáles son estos temperamentos principales que tenemos todos los seres humanos desde que nacemos según Timlahaye.[i] Cuando logramos identificarlos, primero en nosotros, podremos mantener relaciones interpersonales muy exitosas. Conocernos a nosotros mismos se vuelve una razón muy desafiante para levantarnos todos días con mucha valentía y coraje para seguir adelante en la misma ruta donde todos somos corredores de la vida.

Tomemos en cuenta algunas de las características principales que tiene cada temperamento y su aplicación en las diferentes áreas de nuestras vidas. (Lahaye, 1984, pág. 23)

Temperamento sanguíneo: le será fácil tener amigos, es espontáneo, le gusta tomar la iniciativa, es motivador de nacimiento y suele ser el alma en toda fiesta. Envidiados en especial por los tímidos. Su naturaleza es extrovertida, es el típico vendedor que toda empresa desearía contratar y es excelente motivador. (Lahaye, 1984, pág. 27)

Temperamento flemático: en muchas ocasiones prefiere guardar silencio. Suele ser un buen consejero porque sabe escuchar con paciencia a la hora de actuar. Sin embargo, no es una persona muy expresiva, pero eso no significa que no tenga seguidores, su naturaleza es introvertida, sobresale su excelente nivel académico. (Lahaye, 1984, pág. 29)

Temperamento melancólico: en ocasiones se guarda muchas cosas para sí mismo, pero con el pasar del tiempo puede ganar una buena amistad y obtener mucho de las demás personas. Suele ser muy analítico y muy perfeccionista. Su naturaleza es emocional muy sensible, predispuesto a veces a la depresión. Se caracterizan por las expresiones artísticas, inclinados a la música y al arte. (Cristiano, 2016)(Lahaye, 1984, pág. 28)

Temperamento colérico: se lo identifica porque es caluroso, rápido, activo, práctico, voluntarioso, autosuficiente y muy independiente. Tiende a ser decidido y de firmes opiniones, tanto para sí mismo como para otras personas, tiende a tratar de imponer sus ideas. Es extrovertido, no hasta el punto del sanguíneo. Son excelentes emprendedores (Lahaye, 1984, pág. 30)

Existen otros rasgos muy distintivos que nos van formando conforme vamos madurando, tales como: el lugar donde vivimos, el colegio y los amigos. Todos estos ingredientes representan la suma del “yo” como ser humano capaz de conquistar el universo. La suma de todos estos rasgos nos ayuda a desarrollar el carácter afirmando de quienes somos dentro de una sociedad que busca una mejor convivencia. (Lahaye, 1984, pág. 17)

¿Cuáles son las cualidades que nos distinguen de otras personas?

  • Saber escuchar a los demás
  • Ser empáticos (Colocarnos en los zapatos de otras personas)
  • Amar a las personas a pesar de las diferencias
  • Ser fieles a nuestras creencias
  • Ser felices a pesar de tener problemas
  • Ser paciente con los sucesos de la vida
  • Sacar provecho de las pruebas difíciles
  • Ser amables en tiempos de tormenta
  • Respetar, y obedecer a tus autoridades, aunque no siempre compartas sus opiniones
  • Tener dominio propio en tu modo de vida

Los seres humanos hemos sido diseñados para ser sociables, buscamos todo el tiempo ser populares, llamar la atención de los demás con nuestro comportamiento, pero muchas veces dejamos que el alma, que es donde se alojan los sentimientos, las emociones y todo lo que produce alegría, tristeza y dolor, determine el rumbo de nuestra vida.

Algunas veces elegimos atajos para poder llegar a nuestra meta, buscando respuesta en cada decisión a la que diariamente estamos sumergidos. Aquí en esta parte de mi proceso me surge una pregunta ¿Qué buscamos? Pienso que la respuesta son personas auténticas que guarden su esencia: que no estén comprometidos con la corrupción de este mundo, que sean valientes, esforzados y que no sean de doble ánimo, como si nuestra vida estuviera a la deriva sin rumbo y sin capitán.

Abraham Maslow un psicólogo estadounidense conocido como uno de los fundadores y principales exponentes de la psicología humanista, lanza una propuesta muy interesante y muy conocida por categorizar las necesidades de los individuos llamada “La Pirámide de Maslow” (Cortes, 1986). Es la necesidad de autorrealización personal que, al final de su pirámide unifica todo lo que el ser humano anda buscando: ser amado, respetado y realizado. Cuando logramos satisfacer esas demandas, la paz que sentimos en nuestro interior, la podemos compartir con los demás, aquí se aplica la tan conocida frase “recibimos lo que damos”.  (Modell, 1993, pág. 44)

Y para concluir, entregar lo mejor de cada uno genera una cadena de reacciones positivas dentro del ambiente donde nos desarrollamos. A lo mejor, no cambiaremos al mundo de la noche a la mañana, pero si podemos dejar pequeños aportes muy significativos como extender la mano y levantar el ánimo de aquel que está deprimido, siendo solidario en su necesidad, entre otras cosas. Esto me ha permitido continuar en esta carrera reconociendo que, si Dios va conmigo, entonces tengo todo en esta vida para disfrutarla a plenitud.

 

 

Bibliografía

Cortes, R. R. (1986). Anuario de Psicologia.

Cristiano, M. (25 de 07 de 2016). Video Latinoamericano Estados Unidos Mundo Israel entretenimiento.

Lahaye, T. (1984). Manual de los temperamentos. (I. e. Colombia, Trad.) Miami Forida: Editorial Unilit.

McBride, R. (Julio de 2013). Caracteristicas del Temperamento. Obtenido de http://es.m.wikipedia.org/wiki/Temperamento

Wikipedia. (s.f.). La enciclopedia libre. Obtenido de https://es.wikipedia.org/wiki/Pir%C3%A1mide_de_Maslow