Actualmente, la compra en nuestro medio comercial se desenvuelve de manera tal que nos enfocamos en obtener “el menor precio”. No contemplamos los beneficios adicionales al momento de adquirir un producto o servicio. Esto significa el primero de una cadena de errores que cometemos como consumidores.

Encontrar lo más barato, la mayoría de las ocasiones, puede significar: no tener un producto de calidad, no tener garantía, o que su proceso sea engorroso, asumiendo que funcione correctamente. Esto nos lleva a adquirir bienes o servicios que no cumplen con las expectativas al 100%, y sólo queda conformarse porque “salió barato”.

No está por demás recordar una frase de nuestro argot popular: “Lo barato, sale caro”

Independientemente del negocio en el que se desarrolle, lo ideal es generar ventas y compras de valor. Es decir, adquirir bienes o servicios que satisfagan nuestra necesidad de acuerdo a nuestra realidad.

Para exponer mi punto les comparto una experiencia personal como comprador:

Un fin de semana salí al centro de Guayaquil (a una cuadra del mercado central) para comprar artículos de fiesta. Descubrí que, en este lugar, encontraría los artículos más baratos y por el tipo de producto, esperaba invertir poco dinero. En efecto, cuando encontré el local, noté que los precios son menores en comparación a los que tienen en otro establecimiento del mismo tipo, dentro de un centro comercial.

No encontré una diferencia significativa entre la calidad de los productos, por lo que me concentraré en redactarles mi experiencia de compra en ambos sitios en función del lugar y las compararé.

Entorno:

En el centro de Guayaquil es muy complicado parquearse, el tráfico es caótico y en la calle, no existen los espacios disponibles. Caminar por ese sector también demanda estar muy atento, ya que no estar “pilas” puede resultar en un accidente de tránsito o te pueden sustraer algo de valor. Adicionalmente, el espacio de la acera es reducido porque hay vendedores informales y, en el mejor de los casos, el clima no te afecta (últimamente el sol brilla con más intensidad).

Por otro lado, en un centro comercial, siempre y cuando no sea la temporada navideña, encontrarás con paciencia un lugar donde estacionarte, caminar es más seguro y estas con un ambiente climatizado.

Servicio:

En los locales del centro tienen las muestras encerradas en vitrinas, donde un(a) vendedor(a) debe asistirte apuntando los códigos y cantidades que deseas. Respondiendo a tu solicitud, puede sacar de la vitrina y dejar que palpes la calidad del producto, hasta aquí la preventa está bien encaminada. El problema que noté, se originó en el proceso de despacho luego de cancelar el pedido realizado con la vendedora. La cajera colocó en una canasta una copia de la nota de venta – ya había algunas acumuladas – y un encargado de bodega bajó y recogió todas las que había en ese momento. Se notó que el proceso no era ordenado, únicamente subió, donde asumo es la bodega, con todas las notas de pedido. Para este momento, ya había personas amontonadas esperando que se les entregue su mercadería mucho antes de mi llegada. Luego de unos 10 a 15 minutos bajo con las manos llenas de productos desordenados y, como si fuese un rompecabezas, trató de armar las entregas: completaba unos cuantos pedidos mientras los clientes se amontonaban en el mostrador, más de uno ya se quejaba y al calor del ambiente también comencé a expresar mi molestia. Exigíamos que nos atendieran de uno en uno y por orden de llegada, esto nunca pasó; a la persona de la bodega no le importó seguir un orden y no había una persona a cargo que ordenara la situación. Mi acompañante perdió la paciencia y decidió solicitar que retornen el dinero. En ese momento no fue la única y, al parecer, esta situación se da constantemente porque la cajera sin decir absolutamente nada procedió con la devolución.

En los locales del centro comercial tienen la mayoría de su mercadería en estantes abiertos, donde puedes recorrer el local tranquilo, revisando la mercadería. Las vendedoras están pendientes para atenderte, si encuentras algo que te gusta lo tomas y vas a la caja a pagar. Si necesitas varias cosas las vendedoras te asisten para encontrarlas. Si no estuviesen en percha, ellas mismas van a su bodega a buscarlas y te lo llevan a caja. Con este sistema ahorras mucho tiempo. Si hay mucha gente en la fila para pagar te toca esperar de igual manera, pero al menos sabes cuándo te van a atender.

Antes de que me digan: “Luis, pero yo no tengo carro”, “¿No puedes aguantar un poquito de sol?”, “¿Fijarte bien por dónde caminas?”, “¿Te has vuelto pelucón? Antes eras chévere, de barrio”.

No quiero decir: Vayan al centro comercial, es lo mejor.

El punto que deseo ilustrar es que la transacción gira entorno a nuestras expectativas. Y que, a su vez, éstas varían de acuerdo a nuestra realidad. Por ejemplo, para una persona que se dedica a la organización de fiestas, seguramente compre en locales del centro, donde está más barato. Es un cliente frecuente que puede tener preferencia en tiempos de atención y precios, inclusive crédito y beneficios adicionales como promociones. Para el resto de compradores que necesitan estos productos para una ocasión específica, o máximo dos veces en el año, el entorno de compra es muy importante para la percepción de valor.

He nombrado algunos puntos sin tocar la calidad del producto, me he enfocado en otros aspectos que pueden parecer superficiales como el entorno y otro más importante como el servicio.

Luego que has leído todo esto, sintiéndote identificado en algunos aspectos más que otros, toquemos un punto importante al momento de tomar tu decisión de compra, y es en la calidad del producto. Mencionando nuevamente el adagio “lo barato, sale caro”. Ten mucho cuidado en lo que escoges, recuerda siempre que el precio real de algo es la suma de todo lo que te cuesta tenerlo o mantenerlo, que se vuelve el costo total de adquisición o propiedad, hablando en términos de economía.

El costo total de adquisición solo es la punta del iceberg en el proceso de compra de bienes o servicios; debes de considerar: si tu producto usa repuestos, que tan fáciles son de conseguir, cuál es su consumo de energía, mantenimiento, etc.

Para finalizar quisiera esbozar una frase: “Comprar bien es ahorrar”