Suerte la mía y la de muchos otros que hemos podido aprender en una multinacional y aplicar ese conocimiento en una empresa nacional.

Una empresa multinacional es aquella que confía los destinos de sus afiliadas a personas que no tienen parentesco ni relación familiar y que, sin embargo, entregan todo su contingente para lograr los resultados que se esperan y que, de alguna manera, fijan los niveles de éxito empresarial que estos ejecutivos alcanzan en su vida profesional y los catapultan o no hacia otros retos más importantes. Un alto porcentaje de estas compañías tienen una importante cantidad de accionistas que se hacen de estos títulos a través de las bolsas de valores de sus países.

Las compañías nacionales se manejan generalmente por personas conocidas o relacionadas con los socios y, si bien, los gerentes tienen autonomía para tomar sus decisiones, en muchos casos tienen que reportar a directorios o dueños para implantar dichas decisiones.

Pero, ¿qué se aprende en una multinacional? Dependiendo de cada una, políticas y procedimientos, procesos, esquemas de control y planificación, relaciones humanas y ética en los negocios. Todo esto no se enseña, se vive, porque de lo contrario no se puede trabajar en un entorno multinacional. Así, esta vivencia, se hace parte de la conducta empresarial que todos quienes laboran deben acoger y practicar para sentirse parte de esa compañía. Una vez que esa vivencia hace parte de la vida del individuo, no hay vuelta atrás.

Hay otras cosas que uno aprende. Por ejemplo, recibe entrenamiento en tendencias mundiales que muchas veces no se conocen en el país, también aprende a reportar los resultados del trabajo que realizan los empleados de la compañía y a dar explicaciones coherentes sobre las desviaciones que se presentan en la consecución de metas. Hay una infinidad de tareas que aparentan ser inútiles pero que aportan a la analítica que las multinacionales hacen para definir el camino a seguir en el futuro.

Hay una consecuencia de este entrenamiento-aprendizaje: se incrementan las habilidades y conocimientos de un empleado de una multinacional que puede ser perfectamente aprovechado cuando da un paso hacia otro tipo de empresa, aun cuando sea otra multinacional, sin embargo, cuando el salto es a una nacional, el aprovechamiento de lo aprendido es sustancialmente importante.

Aunque hay excepciones muy importantes, las compañías nacionales carecen de políticas, procesos, procedimientos, analítica, planificación, etc. Se manejan, generalmente, de acuerdo al criterio único del dueño o de los socios. No existe un sentido de empresa, la planificación es a cortísimo plazo lo que no permite que las empresas permanezcan en el tiempo. Cuando las compañías son familiares, a más de estos problemas, también se presentan los típicos de sucesión. Dicho esto, la oportunidad para quien ha trabajado en una multinacional es amplia y se puede convertir en una actividad altamente atractiva y satisfactoria.

Ahora, implantar estos conocimientos no es una tarea fácil, requiere de disciplina, mucha disciplina para, conseguir que esa forma de vida aprendida sea trasladada a los colaboradores, pero se puede, el secreto, el ejemplo y el respeto y la implantación de procesos.

El ejemplo obliga a ser un “role model” en todo, en la forma de hacer negocios, en los gastos, en los viajes, en el trato con los clientes, en las promesas que se hacen a los empleados, en la ética, honradez y seriedad en los actos, etc. etc. En fin, si quien está al frente de la tarea no es capaz de proyectar esa conducta y de ser un evangelizador a tiempo completo, seguramente no conseguirá que el equipo con el que trabaja asuma su nuevo rol y conducta empresarial.

El respeto, especialmente a los dineros de la compañía para que éstos sean usados de manera eficiente y honrada. Este hecho es muy apreciado por los empleados y, curiosamente, es uno de los puntales que hace que se sientan parte de la compañía y “se pongan la camiseta”.

Con el simple ejemplo de bañarse entenderemos el sentido de un proceso. Habrá que contar con una ducha y agua, tendremos que abrir la llave para que salga el agua, debemos mojarnos para que el jabón haga su trabajo, quitar los restos del mismo, cerrar la llave y finalmente secarnos. Ninguno de los pasos puede omitirse ni saltarse porque no conseguiríamos el objetivo. Por eso, los procesos son como la columna vertebral de una compañía. A través de ellos se manejan de manera correcta y eficiente todas las actividades de la empresa y ahí radica la importancia de su implantación.

Sin importar el área de trabajo en una multinacional, por lo general, los individuos son especialistas en dicha área y logran dominar la materia. Si por haber hecho carrera en esa multinacional, la persona ha podido pasar por dos o más áreas, podríamos concluir que esa persona puede desempeñarse con soltura dentro de sus áreas de dominio. Sin embargo, si esta persona va a trabajar a una compañía nacional, deberá abrir su mente para convertirse en un “generalista” ya que el número de personal, generalmente es mucho menor en una empresa nacional. Entonces ahí es cuando la oportunidad más retadora se presenta porque hay que aplicar mucho de lo aprendido en forma tal que garantice el éxito y los resultados esperados.

Pero no todo se debe aplicar, hay un fenómeno que se da en una multinacional y que se relaciona con la cantidad de información y reportes que se deben enviar a la casa matriz. Esto, muchas veces hace que la gente trabaje para cumplir con los clientes internos y olvida los clientes externos y el mundo exterior. En una compañía nacional, esto no se puede permitir porque indefectiblemente se perderá oportunidades de negocios y clientes.

En mi experiencia personal, los conocimientos que adquirí al trabajar en una multinacional han sido equiparables a un par de maestrías, no sólo por lo aprendido, sino también por la calidad de profesionales con los que se pude interactuar. Vale también decir que supe aprovechar muchas oportunidades de aprendizaje que me brindaron. A más de lo expresado en los párrafos anteriores, el sentido de urgencia, el cumplimiento de las obligaciones con el país, el cuidado de los recursos humanos y materiales también forma parte de esas enseñanzas que he podido poner en práctica. Para concluir, si un ex colaborador de una multinacional tiene la habilidad y el compromiso con una empresa nacional puede convertirse en el elemento vital de cambio y el promotor de la profesionalización de la nómina de empleados que además redundará en un sentimiento del deber cumplido que talvez no encuentra en la multinacional.